miércoles, 5 de septiembre de 2012

PASCUAL CASAÑ


 Pascual Casañ es un amigo. El otro día me regaló su último poemario. Actualmente es Profesor de la Universidad de Castellón e Inspector de Educación de la Generalitat Valenciana y ejerce en la provincia de Valencia. Es Doctor cum laude en Pedagogía y Psicología, autor de varios libros de filosofía y ha sido galardonado en varios concursos literarios.

El poemario es el XVI Premio de Poesía Aurelio Guirao, 2012 y se titula Entre líneas. Como escribe Jaime Tortosa en el prólogo, la poesía sublima el pensamiento interior para convertirlo en voz potente, en alarido feroz. Pascual Casañ quiere salir de sí para verterse en las palabras. El poeta grita con versos su alma, sus miedos, sus deseos; transita como un navegante experto por los universos que preocupan al ser humano para hacerlo contradictorio y maravilloso.

Uno de los poemas que más me ha impresionado es el que titula Tú estás ahí que se compone de cinco partes. Vamos a transcribir sólo las dos primeras:



TÚ ESTÁS AHÍ
(con un verso de J. A. Buesa)

I

  
que moldeas las líneas de mis pupilas
cuando la hora temprana se despeña,
que dejas puesta la llave en el zaguán
para que entre sin anunciarme,
que escuchas cada uno de mis naufragios
mientras desatiendes los tuyos,
que equidistas entre mi sur y mi norte,
sin apenas sal ácida en los labios.

  
estás ahí: cuando reposo sobre espumas
claras, y cuando habito en desiertos.

II

   Estás ahí
cuando parece que el mundo se agota,
que a la vida le queda un solo peldaño
─ ese minuto a punto de traspasarnos ─,
que la luna es una enorme roca gris
sin luz ni esfera propias. y distraes
el óxido,
            la ceniza,
                        los miedos
infundados que arañan todas mis noches.

Entonces rescatas el placer tranquilo
de vivir. Nunca a nadie he querido tanto. 

sábado, 1 de septiembre de 2012



Macerata, verano de 2005.

Componer melodías imposibles,
Libar la lluvia oscura de tu pelo,
Acariciar tus sueños escondidos,
Recorrer con mis manos tu desnudo,
Adornar las esferas de tus horas,

Contemplar tu semblante entretenido
O esperar que amanezca tu mirada,
Respirar el aroma de tus mares
Rielando lentamente en tu figura,
Escuchar la sonrisa de tus labios,
Darte un beso, escondido entre las sombras,
O estrechar con mis dedos tus caderas…
Resulta un gran placer para el sosiego.

Haz posible que pueda contemplarte
En noches de memoria venturosa
Remando en las tormentas dulcemente.
No dejes que tus ojos se entristezcan
Aunque se escondan nubes en tus días.
Ni que el sol abandone tu semblante
De diosa que se ofrece en mis recuerdos:
Eres brillo en la noche, luz serena,
Zafiro despejado como el mar.