viernes, 5 de septiembre de 2025

A MI MADRE

MADRE


PARECÍA FELIZ UNOS INSTANTES

Sus palabras opacas e inconexas,
que mezclaba y mezclaba con las risas,
eran borrosas formas que variaban
según disposición de sus recuerdos.

Ya no reconocía a sus amigos;
a sus hijos veía como extraños;
su familia era un puzzle defectuoso
de piezas perezosas y viajeras

perdidas en el reino de sus dudas.
Una sonrisa empero aparecía
en el triste alumbrar de su mirada.

A veces, al cerrar sus lentos párpados,
parecía feliz unos instantes
para morir de nuevo en su memoria.

Ensayo para un concierto y otros sonetos (Olé Libros, 2016)



LA HERIDA DE UNA MADRE

I

Tanto dolor se agrupa en mi costado (…).

MIGUEL HERNÁNDEZ


Cuánta pena se acerca a mi costado
y me estremece con su agraz aliento
cuánta pena y extraño sufrimiento
me traen las vivencias del pasado.

Cuánta pena me embarga si a su lado,
no puedo estar tranquilo ni un momento,
cuánta pena, Señor, cuánto lamento
inútilmente habré ya soportado.

Cuánta pena en sollozos tan adversos
tendré que derramar como fracaso
en el acontecer de cada instante.

Cuánta pena contienen estos versos
que describir pretenden paso a paso
el dolor que entristece mi semblante.

Sonetos impares (Olé Libros, 2018)


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