martes, 22 de septiembre de 2020

VICENTE BARBERÁ ALBALAT, OSCURA Y CLARA LUZ (OLÉLIBROS)

Estimados amigos:

Isabel Alamar ha tenido el detalle de publicar una entrevista y una reseña de OSCURA Y CLARA LUZ, mi último poemario (Olélibros), que incluyo en esta página por si os interesa conocer su contenido. Como siempre, cualquier comentario que me hagáis llegar (vicente.barbera@uv.es) me servirá para mejorar algún aspecto de su contenido y, sobre todo, para aprender. Muchas gracias.


 De: IsabelAlamar <isabelalamar.torro@gmail.com>

Asunto: RE: RV: entrevista

Fecha: 19 de septiembre de 2020, 11:16:14 CEST

Para: Vicente Barbera Albalat <vicente.barbera@uv.es>


Aquí tienes también el enlace de la reseña que he hecho de tu libro:

 

https://www.todoliteratura.es/noticia/53462/poesia/oscura-y-clara-luz-de-vicente-barbera.html

 

Y este era el de la entrevista. Así puedes promocionar las dos cosas a la vez y Toni lo mismo:

 

www.culturamas.es/2020/09/18/entrevista-a-vicente-barbera-por-oscura-y-clara-luz/?fbclid=IwAR0TFO-V9i93DHudBEdG7i2lHh8EfrJwTHCoLWRlOYu9URNedrtkflnPb04

 

Espero que gusten.

 

Un fortísimo abrazo,

Isabel Alamar

 

lunes, 14 de septiembre de 2020

PEDRO J. MORENO EN POETAS EN EL ATENEO

ESTIMADOS AMIGOS:
¡POR FIN!, PODEMOS REALIZAR LA PRESENTACIÓN DE PEDRO, ANUNCIADA EN SU DÍA PARA EL MES DE MARZO, QUE NO SE PUDO CELEBRAR POR LA COVID-19.
El Ateneo reanuda sus actividades culturales y podemos realizar esta presentación respetando las normas establecidas al respecto: así tendremos todos que acudir con mascarilla. Una vez en el Salón Sorolla se mantendrán las distancias debidas y al entrar se nos tomará la temperatura y nos pedirán el nombre y un teléfono.
Espero veros allí y participar como en otras ocasiones en esta presentación de un poeta tan querido y conocido por nosotros.


¿QUERRÁS RESUCITARME?
Soy una fuente que no acierta a manar,
tan solo piedra y sed.
Estoy necesitando que vengas y me digas:
“Dame de beber”.
Una caña vacía y llena de agujeros,
pisada y olvidada
es lo que soy.
Triste caña para gemir tan solo.
Acércame a tus labios y seré
un surtidor de hermosas melodías.
Soy un rosal que no da flor ni aroma.
Hasta el sol se ha olvidado de que existo.
Si me echaras unas gotitas de agua
verías tú qué flores te daría.
Pero todos me miran y comentan:
“Esta fuente
es un bonito adorno. Ya es bastante”
“Esta flauta, cuando está por el suelo,
será porque no sirve para nada”.
“Este rosal tan triste
jamás tendrá una rosa”.
No malgastéis el agua.
(Mi Dios es madre)

viernes, 4 de septiembre de 2020

VICENTE BARBERÁ ALBALAT: LA MORADA MÁS TEMIDA


Decía Kant que las cosas son como son (noúmenos) y no como aparecen en la mente humana. Los sentidos no son capaces de darnos una imagen real de las cosas. Antes, los budistas (Sidarta Gautama) ya decían que las cosas son lo que son. Nuestras apreciaciones son apariencias subjetivas y para expresarnos utilizamos palabras polivalentes que pretenden explicar lo que creemos, sin darnos cuanta de que, a la vez, serán interpretadas por los lectores según sus apreciaciones.
            Cuando escribimos un poema esa explicación de “realidades” adquiere un matiz más personal y subjetivo empleando términos menos precisos, por lo que resulta más difícil —tal vez por ello más atractivo— su sentido. Y así corremos el riesgo de entrar en un terreno artificial que al propio poeta le resulte extraño. En su afán de “dorar la píldora” puede hacer que sus poemas sean mera inutilidad cargada, en ocasiones, de “ñoñería”, “cursilería”, incluso de “estupidez”. Puede salvarle la buena intención, pero es cierto que puede desorientar al lector. Yo mismo al releer algunos poemas, pasado el tiempo me doy cuenta de tales defectos. ¿A ver qué os parece el ejemplo que os presento publicado hace seis años?:

LA MORADA MÁS TEMIDA

La terra fitarà suor a tall de gran señal,
arribat ja el moment del meu humil traspàs.
Toni Tordera

Ya soy un hombre viejo.
Mis cabellos empiezan a teñirse
de ese color de estrella,
bajo el techo solemne de lo azul
que encierra muchos mares procelosos.
Ese techo también oscuro y gris
donde, a veces, se pierde en su infinito
el extraño silencio de una vida,
que he vivido feliz en la amargura.
Porque siempre en la vida hay amargura,
porque siempre en la vida la tristeza
y la alegría se suceden como
las gotas de una lluvia
que penetran la tierra,
donde está mi refugio verdadero,
donde está la morada más temida
cuando azota feroz la cruel nostalgia.

Mis cabellos empiezan a teñirse
del color concentrado de mis sueños.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

GUILLERMO CARNERO: MELUSINA

(Foto de José Luis Vila)
MELUSINA
          
Si viniste hasta mí en un rayo de Luna,
desde el fondo del agua, trasparente,
pisando espinas sin dolor ni peso
para salvarme de la soledad,

y yo era el peregrino que en un claro del bosque
miraba reposar sus armas juntas,
aterido, famélico y cansado
de fingir gallardía y fortaleza,

aclárame por qué, mi dama blanca,
cayó sobre nosotros el conjuro.
El tiempo no me había ennoblecido,
y a ti no te asistía el unicornio:

debió de ser un pacto de inocencia
para burlar la candidez perdida,
con un tigre debajo de la cama
y un fogoso esqueleto muy vivo en el armario.

Se encendieron tus ojos, con redondez de lago
que rizara un susurro de rápidas corrientes,
mientras acariciaba tu pecho poderoso,
y al ir a desnudarlo me maldijo una lágrima.

Al caer tus vestidos rodeó tu cintura
un punzante reguero de gusanos y abejas;
sentí, al dormir contigo entre las flores,
demorarse en mi piel el filo de una garra.

Si vuelves a tu mundo, Melusina,
me harás un gran favor. Sé generosa:
sálvame de rozar entre las sábanas
una noche tu cuerpo de serpiente.

Alguna vez lo he visto desceñirse,
ondular en anillos plateados
y enseñarme los dientes, agudos como ascuas.
Aun así, fue un abrazo delicioso.

Déjame en un rincón con este libro,
el don más puro de la soledad.
Tendrás mi gratitud y mi nostalgia
cada vez que aparezcas en mis sueños.