jueves, 16 de enero de 2025

VICENTE BARBERÁ ALBALAT: OLÉ LIBROS, 2024

 


VENTANA PREPARADA

A Chris Guevara

Si fuéramos tú y yo
montaña y río,
y viéramos los días como luz,
siempre el verano limpio y transparente,
¡qué bien!, dirías a hurtadillas,
al esconder la luna su mirada.

Si tú y yo fuéramos
rumor de luz,
pétalo de amapola,
probablemente siempre
habría una ventana preparada
para escrutar, alegres,
el horizonte.

Vicente Barberá Albalat (Olé Libros, 2024)

domingo, 12 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA de VICENTE BARBERÁ ALBALAT

 


Presentación de
LOS REFLEJOS DEL AGUA
Fragmento de la reseña de ISABEL ALAMAR aparecido en TODO LITERATURA, el 30-10-24.
"Los reflejos del agua" es como ha decidido titular a su último obra Vicente Barberá. Un libro que toca temas universales y trascendentales como la vida y sobre todo la muerte, y que se nos presenta con un diseño de carátula austero que denota sencillez y humildad al igual que todo el poemario.
El primer poema es una extensa elegía, en la que el poeta dialoga con su amigo fallecido Joaquín Riñón, fundador del grupo poético El Limonero de Homero al que el propio autor, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Teresa Espasa y Pascual Casañ también pertenecen:
“Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,
siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.” (p. 10)
A MODO DE ELEGÍA POR LA MUERTE DE JOAQUÍN RIÑÓN
(Fragmento)
Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,
siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.
Interminables idas y venidas
por las limpias aceras
de la Avenida de Aragón,
de tu casa a la mía,
en Siete Aguas,
donde cielos e infiernos
fueron negados.
"Mejor soñar en nada" —escribiste una vez—
"sin la negrura fría del misterio".
Hoy el misterio envuelve la espesura
de lo que fue y será, aunque no sea.
Pero mientras, amigo, del alma amigo,
nada podrá borrar nuestra amistad
y nunca morirá tu Malvarrosa.
Siempre en su playa quedarán
dicha y arena ardiente para encender tu luz.
Quién sabe si algún día
podremos conversar de nuevo
sobre tantas cuestiones que juntos compartimos.
LOS REFLEJOS DEL AGUA (Olé Libros, 2024)

sábado, 4 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA, de VICENTE BARBERÁ ALBALAT




Presentación de

LOS REFLEJOS DEL AGUA

y reseña de

ISABEL ALAMAR

en TODO LITERATURA

del 30-10-24:


(Reseña de Isabel Alamar aparecida en TODO LITERATURA, el 30-10-24)


"Los reflejos del agua" es como ha decidido titular a su último obra Vicente Barberá. Un libro que toca temas universales y trascendentales como la vida y sobre todo la muerte, y que se nos presenta con un diseño de carátula austero que denota sencillez y humildad al igual que todo el poemario.


El primer poema es una extensa elegía, en la que el poeta dialoga con su amigo fallecido Joaquín Riñón, fundador del grupo poético El Limonero de Homero al que el propio autor, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Teresa Espasa y Pascual Casañ también pertenecen:


“Tu ausencia no será definitiva,

amigo fiel y confidente,

siempre hallarás reposo en mi memoria,

en mi modo de ser roca y estío.” (p. 10)


No obstante, el tema de la muerte será recurrente y aparecerá diseminado a lo largo de los cien poemas que conforman el libro, dejándonos algunas imágenes sorprendentes como las siguientes:


“Llevo mi corazón lleno de muertes” (p. 15)


“No es extraño que pronto

te vengan a buscar para llevarte

al lugar donde habita la ceniza (…)

donde te espera

el frío beso oscuro de la noche.” (p. 29)


“de la palmera

se me acerca la muerte

y no la quiero ver.” (p. 40)


Otro de los temas estrella será el de la búsqueda de lo que conforma nuestra identidad o personalidad, ya que el hablante lírico lucha por definirse y encontrarle sentido a lo vivido y a lo que está por venir, y tampoco resulta extraño que a veces estas indagaciones se mezclen con el tema de la muerte:


“No sé quién soy ni qué hago aquí

y mis venas están llenas de muerte.” (p. 46)


“Y sobre todo soy un peregrino

en ruta hacia el lugar del horizonte

donde desaparecen los poemas.” (p. 59)


“apenas soy

un manojo de ramas

de un árbol olvidado.” (p. 83)


“Nacer para vivir en pura ausencia.

Morir y terminar sin saber dónde.” (p. 106)


El amor y su otra cara, el desamor, serán otros subtemas cruciales en estas 124 páginas. Y es que Barberá es un ser profundamente emocional y comunicativo que no concibe la vida sin los otros y sin el amor (de pareja, de familia, de amigos…):


“Muchas lunas después de tu partida

perdurarán las flores que dejaste.” (p. 23)


Y notaremos aquí que tanto el amor como los recuerdos de los buenos tiempos (muchos de ellos relacionados con la infancia: ese paraíso perdido) suelen venir representados por flores, hierbas, árboles… Y, en general, con elementos que guardan una relación estrecha con el mundo vegetal y que tienen connotaciones positivas como felicidad, goce, esperanza… véanse si no los siguientes versos:


“En mis sueños vivían los jardines,

las rosas, la amapola, el despertar

de algo nuevo, temido o prohibido.

Apenas unos cantos en la rambla

y cuatro ramos de romero eran

las tardes encendidas de verano,

estallido de pétalos y soles

en una inexplicable sinfonía.” (p. 48)


Como hemos podido comprobar las flores son muchas veces un indicio claro de amor, y en ocasiones llegan a alcanzar tintes eróticos:


“las flores que me amaron,

clivias, claveles, amapolas.” (p. 105)


“De nuevo disfrutar, (…)

en una noche clara de nardos insumisos.” (p. 115)


En cuanto a las formas poéticas, constatamos de nuevo que Barberá sigue prefiriendo el soneto. No obstante, opta claramente por innovar cuando suprime los signos de puntuación o cuando se atreve a inventar interesantes vocablos como “malbendito” o “blandoazul”.


Un libro muy fresco y culturalista (ya que otras artes como el cine, la música o la pintura, aparte de losviajes, también aparecen a menudo en los poemas).


En definitiva, un poemario muy reflexivo con recuerdos y escenas muy vívidas, indagaciones sobre el yo, sobre cómo hemos vivido, qué nos espera, pero en el que prima siempre el optimismo y el famoso tópico del “carpe diem” como podemos comprobar en la siguiente estrofa:


“No busques en exceso.

Solo hay una certeza:

La vida es un regalo.” (p. 17)


Hagamos caso, pues, a Barberá y aprovechemos bien el momento. Y, entre otras muchas cosas, una buena forma de hacerlo es sin duda leyendo. En este sentido, Los reflejos del agua es una solvente e interesante propuesta literaria que no dejará indiferente a nadie.

martes, 17 de diciembre de 2024

LA VIDA QUE VIVIMOS


 FRANCISCO MORALES LOMAS

ha tenido el valioso detalle de reseñar
LA VIDA QUE VIVIMOS,
lo que agradezco MUY sinceramente.
Aprovecho la ocasión para desear a los que de vez en cuando os asomáis a mi muro de FB, mis mejores deseos de salud y felicidad para estas fiestas navideñas y año nuevo y, MUY especialmente, a las víctimas de la DANA dándoles ánimo para no perder la esperanza en las ayudas y en que los políticos pasen de pelear por triunfos pírricos dejando al margen su obligación de preservar los derechos de las personas que los han votado.
Para los que tengan interés en leer el contenido de la reseña, copio literalmente el texto.
Vicente Barberá publica “La vida que vivimos”, un homenaje a la lectura
FRANCISCO MORALES LOMAS
Córdoba
Al entrañable Vicente Barberá Albalat tuve ocasión de conocerlo hace algunos años en Valencia, junto al inolvidable amigo Ricardo Bellveser, ahora que la desgracia se ha apoderado de tan idolatrada tierra donde por primera vez mis ojos contemplaron el mar en la infancia. En los últimos años he leído en profundidad algunos de sus libros, entre los que destacamos ‘Puedes ser feliz si te lo propones’ (2009), ‘De amor y sombras’ (2014), ‘Ensayo para un concierto y otros sonetos’ (2016), ‘Después del amor’ (2018), ‘Flor en el agua’ (2018), ‘Pautas para ser feliz’ (2018), ‘Sonetos impares’ (2020), ‘Oscura y clara luz’ (2020)... Ha sido maestro, profesor de enseñanza secundaria e inspector jefe, subdirector de Educación y agregado de Educación en Suiza, Liechtenstein y Austria.
‘La vida que vivimos’ (2023) es un libro enormemente solidario y un homenaje a la lectura. Son múltiples las selecciones de textos de otros autores que van intercalando su obra con citas textuales en cursiva como figura en la relación de poetas citados (p. 157) y las notas al final. Entre otros Manrique, Storni, Gil de Biedma o Borges. Es algo a destacar en esta obra porque, habitualmente, otros escritores lo que hacen es introducirlos directamente sin decir la procedencia, jugando a la intertextualidad anónima. Él los cita y dice al que pertenecen. Algo que debe ser celebrado.
La obra, como indica su título, es un recorrido vital: «A la vida que he vivido por haberme permitido disfrutar y sufrir con intensidad los momentos pasados». Barberá Albalat es consciente de que cada uno sigue su camino, «distinto y divergente», y este camino es su poesía construida a través de las cuatro estaciones, siendo la primavera, las experiencias primeras y el amor platónico; el verano, la primera madurez; el otoño, la serenidad y comprensión de los conflictos, y el invierno, el deterioro físico y mental.
Pero siempre muy optimista considera que la vida es un regalo, como puede desprenderse del poema de Silvia Schmit titulado «Y tuve que aceptar». En el Prefacio recoge diversas opiniones sobre autores varios invitados al Ciclo Poetas en el Ateneo, entre los que me hallo, sobre qué es la poesía. Su lírica es directa, clara, ahondando en lo más profundo, a través de un lenguaje sencillo que nos permite adentrarnos por el recorrido memorial - aquella alegre escuela abandonada»- o la necesidad de vivir la existencia con profundidad, aprendiendo constantemente su sentido («Ignorábamos que/ vivir no es solo respirar»), el sentido de la tierra, el paisaje, la justicia…, y siempre un corazón que palpita («Mi corazón ardió / en la noche encendida»).
A veces confidencial, otras exaltando el amor o reencontrándose en su propio desconsuelo. El placer del verano con eros y la sensualidad creciente en ese río vital y el anhelo de la conquista, pero a veces también «harto de tanta mansedumbre»: «Soy un tipo gentil / de carácter jovial / y no aguanto ya más tanta gilipollez».
Existe una gran variedad temática, aunque hay un hilo conductor fundamental que aúna la rememoración y el análisis vital ofreciendo todo tipo de emociones y ahondando en el sentido de la existencia como «Héroe del infortunio / abrazarse al mar entero / para volver a tu Ítaca». El miedo, los deseos, los golpes de la vida, los huecos de la sangre, todo un discurso de lo cotidiano en ese diálogo entre Parménides y Heráclito que nos anuncia un corazón que palpita. A veces íntimo, otras dialógico, buscando la identidad de la patria, el efluvio de la música, y la infancia como reclamo.
Sufrimiento
Pero también existe el sufrimiento en su cita de la Tierra Baldía de Eliot, o la humildad al reconocer que «Casi nada conozco / a pesar de lo vivido». Es alguien que enjuicia la vida y ofrece sus luces y sombras, su verdad y su mentira, su presencia y olvido, su actitud crítica, y siempre el compromiso con lo vivido, los viajes y el encuentro con pueblos y amigos: «Vivir consiste / en siempre andar corriendo / en busca de una meta inexistente / en un mundo de paz inencontrable». La utopía puede ser un puerto, como la música y el misterio, pero también la consciencia del final, sabiendo no obstante que el amor es uno de los grandes temas a destacar siempre en esta infame selva en la que tanto juego de máscaras existe.
El último apartado, el invierno, nos anuncia la despedida interminable que es el vivir, con un suceso gris que es la muerte, «una bruma que hiere hasta en el aire», siendo consciente de que morir o no morir no es cosa nuestra y el destino es incierto, y somos como Ulises navegando otros mares percibiendo que nadie es feliz eternamente, en recorrido vital donde no sabemos caminar «sobre la tosca tierra de funámbulos/ sujetos al dolor y la intemperie».
(‘La vida que vivimos’. Autor: Vicente Barberá Albalat. Editorial: Olé libros. Valencia, 2023).
(Aparecido en: CUADERNOS DEL SUR, SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA. SÁBADO, 14 DE DICIEMBRE DE 2024).

viernes, 13 de diciembre de 2024

FRANCISCO CARO recita un poema de VICENTE BARBERÁ ALBALAT en el ATENEO DE MADRID

 


Ayer se celebró en el Ateneo de Madrid un recital en memoria de las víctimas de la DANA.
FRANCISCO CARO, gran poeta y amigo, recitó el poema siguiente:

DE TANTAS COSAS
De la media noche del noveno mes
WHITMAN
De la luna apoyada en la montaña.
De las ramas moviendo su hondísimo rumor.
De las casas perdidas, sin historia,
con los tejados de cobijas huecas
en lugares inhóspitos.
De las cuevas repletas de broza en sus costados.
De horizontes de olivo y espadañas de espliego.
Del pozo donde el agua regaba nuestras risas.
De todo aquello, madre, que inundaba de gozo
la mi perdida infancia.
Y también
de las noches de espanto, de bombas y metralla.
De todo aquello, madre,
háblame.
Háblame de tu duelo entre tantas ortigas,
de la guerra que hirió tus recónditos miedos,
del noveno desgarro de tu parto,
de tu alegre tristeza.
Háblame de la tarde en que murió la luz
y abandonó la música tu boca,
de aquellos largos días de tantísimo llanto,
de la noche de sables que te hundió en las tinieblas.
Háblame, madre,
porque si no me hablas
seguiré sin saber
por qué fuiste la estrella
de mis ojos ausentes
cuando yo no veía
tus párpados hinchados
de tanto amor vertido.
Por eso lloro, madre,
cuando tú no me acunas
en mis noches de insomnio.
(DESDE EL ANDÉN, Olé Libros, 2022, p. 159)