XV
Sí, puedo tener frío y no me quejo
especialmente ahora, en esta tarde,
cuando la fiebre asoma y en mis labios
siento un dolor y soledad extraños.
Soledad y dolor... No estoy contigo
y tendré que acostarme aunque no quiera
entregado a la ausencia de tu cuerpo,
en esta noche gélida y sin luna.
Se quedarán sin eco mis palabras,
opacas, sin sentido y añorando
tu ternura. Ya lejos permanecen
las noches arrobadas de cariño
cuando tú susurrabas a mi lado:
mirarte es adorar la primavera.
(De ENSAYO PARA UN CONCIERTO Y OTROS SONETOS, Olélibros, 2016)
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