lunes, 23 de marzo de 2020

DECIMOPRIMER DÍA DE MI ENCIERRO. DESDE MI VENTANA

 
            
            DECIMOPRIMER DÍA DE MI ENCIERRO

            A MIS AMIGOS:

Ayer a las 20:00, los aplausos de siempre. Parecido al día anterior: aplausos, cohetes, el perro habitual y gritos. Cuatro minutos; en la avenida de Francia dos minutos más. Es muy importante esta muestra de agradecimiento a la cantidad de gente que está velando por nosotros: personal sanitario, distribuidores y empresas de alimentación, farmacéuticos, funcionarios de limpieza municipal y transportes, etc. A nosotros nos queda un ejercicio de responsabilidad: no salir de casa excepto a lo necesario y con cuidado para no exponernos al COVID-19. Todavía no ha llegado lo peor y no es broma. Si bien su malignidad no es extrema (debéis escuchar y ver al doctor Alfredo Miroli, que lo tenéis a mano en Internet o en mi blog de poesía). Estamos todavía en la fase de crecimiento y extensión de la pandemia y a medida que aumenten los infectados será más difícil su atención en hospitales o espacios acondicionados. Entonces, sino hay plazas disponibles sí que será grave la situación, por eso hemos de cuidarnos y no bloquear la atención sanitaria. En nuestro domicilio debemos atender nuestra salud con una comida lo más racional posible y realizando ejercicio: caminar, yoga tumbados, respiraciones, algo de cardio…, pero sin arriesgarnos. Cualquier accidente aumentaría la ocupación hospitalaria y dificultaría la curación. No es broma, pero no es apocalíptico. Saldremos de esta. Si somos responsables, con mayor garantía.
            De nuevo entré en Internet para obtener DATOS ESTADÍSTICOS oficiales sobre el COVID-19, según “El País”:


-Muertos-
-Infectados-
-Curados-
Italia
  -4 825----
- 53 578------
 -6 072----
China
  -3 267----
 -81 566------
-72 390---
Irán
  -1 685----
 -21 638------
-7 913----
España
  -1 753----
 -28 575------
 -2 575----
Mundo
-13 570----
-315 647-----
-95 489---

Autonomías españolas (fallecidos): Madrid, 1 021; Cataluña, 191; Castilla-La Mancha, 112; Castilla y León, 102…, Comunidad Valenciana, 69.

            REFLEXIÓN: Una de mis abuelas decía: “No hay mal que por bien no venga”. En la España profunda la gente es experta en frases contundentes que han llenado de vida muchas páginas de nuestra literatura y que parece que en el mundo capitalino se han olvidado. Fijaos bien en la profundidad de esta frase, refrán, sentencia, locución o como queráis llamarle: “No hay mal que por bien no venga”. ¿Seremos capaces de aprender a ver la parte positiva de la vida? Si el mal es inevitable, si el error no se puede esquivar, ¿por qué darles tantas vueltas? Saquemos las ventajas posibles de las cosas maldadas y de los errores. En lugar de lamentarnos, tomemos decisiones. Si el porcentaje de muertes en el género humano es el 100%, olvidémonos de morir. No lo podemos evitar, pensemos en vivir y en aprovechar la vida para disfrutar de lo posible dentro de las normas que nos están permitidas, y aprovechemos las circunstancias para que la sociedad mejore. Las cosas y muchos de los hábitos laborales y sociales cambiarán después de la crisis económica que se avecina, aunque eso sí, a ritmo distinto según el desarrollo de cada cultura, como siempre ha sido. En 1982, por ejemplo, los inspectores de educación de Suiza trabajaban ya desde sus casas a través de Internet. ¿Estáis de acuerdo? Decía Shantideva: “Todos los miedos y las penas inconmensurables proceden exclusivamente de la mente”.
            LECTURA. Hoy os recomiendo El año del verano que nunca llegó, de William Ospina (Random House, 2015), ensayo novelado muy bien estructurado en relación a los acontecimientos literarios que se originaron en torno al nacimiento de Frankenstein en 1815.
            SON LAS 11 DE LA MAÑANA. Ha llovido y el cielo está luminoso, pero con nubes. Cuatro coches aparcados en la Alameda, nadie en la calle. Silencio absoluto.
            OBSERVACIONES:
1.- Voy a dejar de publicar esta nota diariamente. Lo haré los días impares.
2.- La foto fue tomada ayer a las 20:00 desde mi ventana.

            El abrazo muy fuerte y ánimo que ya falta menos.

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