VERANO CALOR Y AGOSTO ABRASADOR. Menos mal que son vacaciones. Cuando estaba en activo, el mes de agosto era el preferido para hacer la guardia, es decir, para quedarme en la oficina y os podéis imaginar por qué. Ahora, en la jubilación, no encuentro lugar "seguro".
Os envío una foto de la zona de LA CIUDAD DE LAS CIENCIAS, lugar propicio para relajarse. Ah, y abrazos refrescantes.
No estaré aquí. Me habré marchado lejos,
a ese lugar donde las alas mueren.
Conmigo llevaré tu franca risa
y el beso que me diste al despedirme.
("Cuaderno de soledades", Olélibros, 2021)
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