VICENTE BARBERÁ ALBALAT
Presentación de mi último libro en DENIA
FRASES Y POESÍA
Despejando la casa de papeles cuando ya no caben más y amarillean el color de los estantes, he encontrado un folio en valenciano con el titulo siguiente: “31 FRASES PER FER UNA MICA MÉS FELIÇ LA TEVA VIDA. Las leo y para no cansaros, anoto solo cinco:
3.- Es maravilloso ser importante, pero es más importante ser maravilloso.
6.- Quien se acostumbra a regalar flores siempre tendrá las manos perfumadas.
15.- El amor es la mejor goma de borrar que conozco.
19.- Convierte cualquier objeto de tu vida en una ilusión.
29.- No hay oscuridad, por grande que sea, que una vela no pueda iluminar.
POESÍA:
No sé si la poesía os hará felices, pero a los que la escribimos, a veces, nos hace. Y nos haría más si disfrutarais con ella. Probad con este ejemplo:
PARTISTE HACIA EL LUGAR DONDE SE PIERDE LA SONRISA
Llegaste en el momento necesario
a la casa adecuada
sin jaula ni cadenas.
Jugabas a los juegos más modernos,
dormías en el eco de una flor,
las mujeres buscaban tus lisonjas
y el calor de sus pechos te ofrecían.
Gozaban a tu lado,
eras el mono lindo de la jungla.
Aplaudían tus frases.
Hasta el sol te cuidaba
atenuando la furia de sus rayos.
Creíste ser el Dios que nunca muere.
Todo fue fácil para ti.
Pero no te quedaste.
Partiste como todos,
partiste hacia el lugar
donde se pierde la sonrisa.
(Los reflejos del agua, Olé Libros, 2024)
NACISTE HERMOSO
Naciste hermoso, amor, pueblo agridulce y pobre,
rodeado de almendros y olivos encantados,
con tu bella sonrisa apenas perceptible
desde mi pecho cálido de higueras y abubillas.
Naciste hermoso en páramos inhóspitos
—en tierras de secano de veranos ardientes—
sin luna en las montañas con ese beso tuyo
anhelado y lejano que encendía las brasas
de mis heridas venas en aquellas edades
antiguas y añoradas, hoy casi en el olvido,
calor y sol ardiente en mi rostro extasiado.
¡Ah, pueblo recordado de pasadas hogueras!
Te veo entre las garbas de la era dorada,
entre hojas de parra, entre insectos nerviosos,
entre el trigo en la tarde venir a saludarme.
Pensaba que algún día, de luz nunca saciado,
vendría el sol a verme y, en soledad tardía,
me daría a escondidas un abrazo encendido.
Los pájaros vinieron, con sus tenaces vuelos,
mi corazón latía desconsoladamente
y todo era brillante, espléndido y brillante,
mientras allá, a lo lejos, el horizonte, apenas
entrever me dejaba el vuelo de la vida.
(Los reflejos del agua (Olé Libros, 2024)
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