domingo, 26 de diciembre de 2010

AQUELLA CASA TRISTE




Ver el mundo en un grano de arena
Y un paraíso en una flor silvestre.
(Blake)


Aquella casa triste de mi abuela
que al levantar las manos me miraba
para lavar mi cara adormecida
con la jofaina presta en el umbral.

La ternura manaba de sus labios,
la sonrisa asomaba por sus ojos.
Sus apacibles gestos arrugados
la puerta de mis dudas entreabría.

Desde fuera, la calle me esperaba,
sucia, sin esperanza ni adoquines
mientras amanecía el sol ardiente.

En frente unos corrales ya derruidos
y detrás unos campos de secano
y más allá la rambla abandonada.

Un fogón en el suelo resistía
cansado de llorar sus soledades
y el miedo me aguardaba en la penumbra

Apenas por la noche, sin candil,
dar un paso podía sin caerme
al abismo de todos mis fantasmas.

Vicente Barberá, El Limonero de Homero, 2010.

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