Macerata, verano de 2005.
Componer melodías
imposibles,
Libar la lluvia
oscura de tu pelo,
Acariciar tus sueños
escondidos,
Recorrer con mis
manos tu desnudo,
Adornar las esferas
de tus horas,
Contemplar tu
semblante entretenido
O esperar que amanezca
tu mirada,
Respirar el aroma de
tus mares
Rielando lentamente
en tu figura,
Escuchar la sonrisa
de tus labios,
Darte un beso,
escondido entre las sombras,
O estrechar con mis
dedos tus caderas…
Resulta un gran
placer para el sosiego.
Haz posible que pueda
contemplarte
En noches de memoria
venturosa
Remando en las
tormentas dulcemente.
No dejes que tus ojos
se entristezcan
Aunque se escondan
nubes en tus días.
Ni que el sol
abandone tu semblante
De diosa que se
ofrece en mis recuerdos:
Eres brillo en la noche,
luz serena,
Zafiro despejado como
el mar.
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