De izquierda a derecha: José Luis Prieto, Joaquín Riñón, Ricardo Llopesa, Blas Muñoz y Antonio Mayor. |
MEMORIA CREPUSCULAR
III
No había sufrimiento ni turbación mental. Se sentía uno
como si fuera la primera vez que olía el aire,
que respirara el tiempo,
bajo la fugitiva tarde.
Y no te sientes solo.
Escuchas tu pasado con tranquila paz interior.
En silencio,
como fuente de soledad contigo mismo.
Mas los atardeceres son difíciles,
se siente más el alma de las horas desnudas,
y la razón disfraza la fuente del dolor,
hasta que te refugias en el anonimato de la noche.
(En El Limonero de Homero III).
2 comentarios:
Es curioso, ayer, esperando en el Botánico de Madrid a un amigo, releía este libro y -entre otros- me detuve también en este poema de Joaquín.
Salud-os a tod-os
Gracias, Amando, por no olvidarnos, y un abrazo muy fuerte.
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