Rafael Soler |
Rafael Soler, a mi modo de ver, es un poeta atrevido y totalmente innovador. Humildemente —no soy un crítico literario y menos experto poeta—, he de manifestar mi admiración a una poesía creativa, moderna y llena de hallazgos imprevisibles. En cada poema aporta algo nuevo en una línea, empero, de continuada sorpresividad. Es decir, de continuados hallazgos que te obligan, al menos a mí, a detenerte y reflexionar, a veces, para preguntarte qué habrá querido decir.
Es la segunda vez que acudo a un recital
de Rafael y también la segunda que aparece en este blog, pero puedo asegurar
que no será la última si tengo ocasión de presenciar un nuevo recital o cae al
alcance de mis manos un nuevo libro. En esta ocasión le hemos escuchado recitar
poemas de su último poemario ÁCIDO ALMÍBAR. Fue presentado por Jaime Siles que
elogió las cualidades poéticas de Rafael y analizó poema a poema todos los
contenidos en el libro subrayando los aspectos más significativos. Nosotros
copiaremos al final el primero de ellos.
Aparte de poeta —Rafael es también un
notable novelista—, está su talante personal. Es una persona acogedora,
extrovertida, dialogante y extremadamente simpática. En fin, un cúmulo de
característica personales no muy comunes entre los miembros del mundo
parnasiano. Muchos hemos podido apreciar
la distancia con que te miran, a veces perdonándote la vida, algunos poetas, no
precisamente los mejores, que parece haya que pedirles por instancia el
“privilegio” de poder permanecer con ellos más de un minuto.
Gracias Rafael por todas estas cosas. Y la
enhorabuena, por tus merecidos éxitos.
PARTO A TÉRMINO
Y
qué salvar entonces
qué
origen qué fulgor qué trabalaenguas
epifanía de lo amargo por venir y lo nacido
dónde
poner
tu
nutriente mecedora umbilical
la
oscura luminosa soledad
en
el arcón sellado
acuático
diástole
ahora
que alzándote de nalgas
a un
vacío sin fin te precipitan.
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