SEMBLANZA DEL AUTOR HECHA POR Blas
Muñoz Pizarro:
BLAS MUÑOZ PIZARRO |
Unas
breves palabras son insuficientes para acompañar a Vicente Barberá en esta
primera entrega en solitario de sus poemas. Sin embargo él así lo quiere de sus
compañeros de tertulia literaria y, cuando Vicente quiere algo de nosotros,
sólo nos queda complacerle de la mejor manera posible. En este ejercicio de
síntesis, difícil será que no coincidamos unos y otros (Mª Teresa, Antonio, Joaquín
y yo mismo) al ceñirnos, en poco más de una página, a los aspectos más
relevantes de su relación con nosotros y de su obra. Por eso voy a permitirme
transitar por los alrededores secundarios de estos versos como cuando uno
callejea por las calles menores que enlazan las grandes avenidas paralelas y se
fija en los detalles que las guías de viaje no contemplan.
En esta antología personal, Vicente
ha preferido reunir sus poemas de una
forma insólita, ordenándolos alfabéticamente por su título o por el primer
verso de los no titulados. Quien no conozca a Vicente podría suponer que en
esta decisión se oculta un deseo de esconder su evolución, desde los poemas más
lejanos (unos pocos están fechados y se remontan a su juventud) a los más
recientes; quien conozca a Vicente, sabrá, por el contrario, que éste es uno de
sus rasgos más definidos y presentes en su obra académica y ensayística: el
orden y la clasificación, no como rutina sino como método de trabajo sobre el
que construir algo sólido. Por eso solemos, en El Limonero de Homero, dejar en
sus manos y en su capacidad de organización la necesaria tarea de las
relaciones públicas y de los recitales.
Esta ordenación alfabética permite,
como virtud no desdeñable, que podamos hallar en cualquier conjunto breve de
sus páginas, abiertas al azar, la mayor parte de los asuntos que a Vicente le
interesan y casi todos los registros formales por él utilizados, ya mezclados
por la misma aleatoriedad de su ordenación. Así, sin salir de las páginas
iniciales, vamos a encontrar, junto a los grandes temas troncales de su poesía
(que supongo mencionados por mis compañeros: la infancia y el paso del tiempo;
el amor, la familia, la solidaridad; los viajes, los paisajes, la naturaleza…),
otros que sólo voy a nombrar, ya que no es posible comentarlos.
Participantes en el recital-presentación del libro, celebrado en el ATENEO MERCANTIL DE VALENCIA |
Algunos de ellos son subtemas de uno
o varios de esos temas troncales: la amistad (“Amigos”); un amor antiguo, en un
poema datado en 1965 (“Aquel oculto beso que te di”); el erotismo (“Amor
secreto”); el amor como salvación personal (“Apareciste en mi silencio”); la
ciudad como subtema de la naturaleza; el “carpe diem” (“Aprovecha el tiempo que
te queda”, “Carpe diem”)…
Otro grupo estaría formado por temas menos
frecuentes en su obra, pero independientes: la religión o lo sagrado (“Hodie
mecum eris in Paradiso”), tema recuperado en poemas posteriores (“Llorar”,
“Súplica”); el elogio de la razón (“Atenea”) y de sus contrarios, la fantasía
(“Bailarín de bronce”) o los sueños (“Cuando vuelva a Nueva York”); lo opuesto
como complementario (“Juego de contrarios”)…
Otros,
en fin, son transversales y pasan por muchos de sus poemas tiñéndolos de
soledad (“¿Colgaste el teléfono?”, “Cuando estabas aquí”), melancolía o
nostalgia (“Se quebró en un suspiro”), felicidad (Bodhichitta”) o positivismo
(“Me queda”).
Y todo esto en un abanico de formas
y de registros formalmente impecables (verso libre, romances en endecasílabos
rimados, silvas en versos blancos, sonetos clásicos, sonetos blancos, cuartetos
en endecasílabos blancos, romance en cuartetas…) en los que el yo lírico (el de
“A veces”) puede transmutarse en un tú dialógico del propio yo (“Aprovecha el
tiempo que te queda”) o en un tú referencial, con frecuencia el del ser amado
(“Apareciste en mi silencio”). Otras veces, la tensión del poema se remansa en
la tercera persona de la narración o la descripción lírica (“Amor secreto”).
Otros escarceos por esos aledaños
menores nos llevarían a las citas (Santôca, Silvia Plath…) o a las
dedicatorias, por ejemplo. Basten estos apuntes, por ahora. Con mi enhorabuena
al poeta y al lector que tome entre sus manos estos poemas: toda una vida.
(Fotos de Virgilio Fuero).
(Fotos de Virgilio Fuero).
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