martes, 3 de marzo de 2015

VICENTE BARBERÁ ALBALAT


VERSOS

(...) la nada es menos que nada
es como si Dios riera al ver
fracasar el poema.
Leopoldo María Panero

I
A Dios no le gustan mis versos
se ríe ante mis metáforas.
Ni al demonio.
Y mis palabras fluyen para nada.
Triste playa oscura
donde mueren las hormigas.

II
Mis versos desafían la existencia.
En su esencia más íntima
se mezclan con un concierto de jazz.
Pobre música que suena viva
y no enciende las velas tristes
del inhóspito desierto.

III
No hay nada más importante que la vida.
Tal vez la muerte.
Y mis versos que unen a las dos.
El esfuerzo se pierde en la esperanza
y las gaviotas se cansan de volar
sobre los peces muertos.

IV
Acaban de sonar las tres
de una noche de rayos y serpientes.
Los pájaros vuelan sobre los excrementos
de mosquitos como hienas
sobre una tierra ahíta de locura
y de versos sin palabras.

V
Una pústula de horror en los ojos
que encierran mis versos
y unos recuerdos amarillos
latiendo en el corazón.
¡Qué pobres somos
en el tiempo de la ceniza!

VI
Esta noche no amanece;
es como la última.
Se clava en la garganta de la voz
del cementerio.
Nos quedan los versos para el poema

que nunca se escribirá.

(DE AMOR Y SOMBRAS, 2014).

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