LO INVISIBLE
No está el aire
vacío, en él habitan
invisibles
presencias.
Entre ellas nos
movemos, sin saber
por qué la luz,
de pronto, se estremece
mientras dilata
el gato su pupila
y tensa el
cuerpo hacia un rincón
sumido en la
penumbra,
ajeno a nuestra
voz que lo interroga,
excitado por
algo que tan sólo
percibe su
enigmática mirada.
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