¿Y si el amor fuera como un lenitivo, analgésico o droga capaz de
aliviar las penas, el mal humor y la tristeza del otro; un refugio donde encontrar
la paz y la felicidad? Si fuera eso, ¿por qué no lo aprovechamos para vivir
mejor?, ¿por qué nos empeñamos en complicarnos la vida con las separaciones,
odios y otro tipo de maldades? Tal vez si nos comprendiéramos mejor, si no
fuéramos egoístas, si no…
VERME DESDE TUS OJOS
A veces estoy triste,
otras, ausente.
Préstame
tus ojos para verme
y no cortes mis alas ni cierres
mis caminos.
Si sueño…
Si estoy soñando deja que me
mire
desde tu alegre rostro.
Y si al amanecer
mi fuego has apagado
y no surcas el aire como oréada en vuelo,
y no surcas el aire como oréada en vuelo,
tranquilo me verás,
presto para robar todos los
horizontes.
Pero si vuelvo triste cuando la
noche apunte
o mi gesto es feroz,
no temas,
cúbreme con tus besos y aligera mi llanto:
soy yo que no me siento.
o mi gesto es feroz,
no temas,
cúbreme con tus besos y aligera mi llanto:
soy yo que no me siento.
(Vicente Barberá Albalat, Después
del amor, Olélibros 2018)
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