En la presentación de DE AMOR Y SOMBRAS ocurrieron, al menos, dos
cosas simpáticas:
La escritora Cristina Cordón Tapia, autora de varios libros, y
persona polifacética donde las haya, se acercó y me regaló LOS SUEÑOS DE LUCÍA
Y EL BOSQUE ENCANTADO. Quedé encantado. He de decir que es una de esas amigas desconocidas
de Facebook . Me alegró. Cristina es manchega, poeta, cantante de coplas,
flamenco y jotas valencianas, que hasta las baila, integrante de coros como el
de la Universidad de Valencia y más cosas. Por si la queréis encontrar en
Internet, tenéis que anteponer el nombre de Matilde (Matilde Cristina), y la
verdad es que el librito que me regaló es un encanto de aventuras frenéticas llenos
de fantasía que seguro hará las delicias de los lectores, especialmente del
mundo escolar.
La otra anécdota tuvo lugar al terminar el recital. Una persona
desconocida del público se acercó y me regalo un ejemplar de la revista LLUM I
CLARETAT doblada por la primera página que hacía referencia a MIGUEL HERNÁNDEZ.
Me imagino que sería por el POEMA que leí en mi colección de sonetos LA HERIDA
DE UNA MADRE, que transcribo aquí.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
(…).
Miguel Hernández
Cuánta
pena se acerca a mi costado
y
me estremece con su agraz aliento
cuánta
pena y extraño sufrimiento
me
traen las vivencias del pasado.
Cuánta
pena me embarga si a su lado,
no
puedo estar tranquilo ni un momento,
cuánta
pena, Señor, cuánto lamento
inútilmente
habré ya soportado.
Cuánta
pena en sollozos tan adversos
tendré
que derramar como fracaso
en
el acontecer de cada instante.
Cuánta
pena contienen estos versos
que
describir pretenden paso a paso
el
dolor que entristece mi semblante.
(Vicente Barberá Albalat).
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