Precioso poemario de amor y de nostalgia, de pena y de amargura por la pérdida que, con rabia, presume el poeta de que ya lo ha olvidado porque sabe precisamente que no lo puede olvidar:
Temo tu veneno
como temo tu nombre.
Cantos de amor a alguien que fue amada y desapareció; a alguien que, a veces, parece no existir.
Nostalgia, en fin, por algo hermoso que sucedió y que no hay resignación, o si la hay es arrancándose a pedazos el corazón en esa noche temida, donde aparecen los sueños, calderonianos, que alimentan inquietudes, dudas y ausencias:
ausencia soy en cada hueco que deja mi paso....
estoy donde debo en ausencia perenne.
Enhorabuena, amigo, y gracias por el rato que me has hecho pasar disfrutando de tus versos tan directamente dirigidos al corazón, tan ricos en figuras retóricas meticulosamente integradas.
1 comentario:
A tu alerta sensibilidad y fina intuición no se les escapan la intención final de estos versos de un tiempo ya pretérito: tu juicio es de lo más certero. Me llena de alegría que hayan sido de tu gusto y te agradezco tu atenta lectura, que para mí es por sí sola ya un premio. Muchas gracias, Vicente.
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