I
Era el momento,
ese que,
cómplice, respira,
calcula, tiende
las manos,
nos traspasa y
se rompe.
Y no lo
detuvimos.
II
Ya no danzamos.
Las horas buscan
la postura
perfecta
para un final
feliz
que nos salve de
lo fugaz.
III
Seguimos abrazados
en este baile
taciturno
como quien deja
atrás
las campanadas
del último
desánimo.
(El baile de la
vida, 2016)
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