Humo del cuerpo
en un extenso sobrevivir
de amaneceres,
turbio retazo de pasiones,
pinturas ya amarillas
en el corredor de la tarde.
Paseos por los hundidos bosques
de recuerdos,
aquellas mecedoras,
los muros agrietados.
Tus palabras:
pídeme la noche y te la traigo.
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