Todavía en el encierro forzado por el COVID-19, convencido de que debemos estar en casa para colaborar a la erradicación del virus, os transcribo este sencillo poema y os doy ánimo para que sigamos en casa y que no nos aburramos, porque el optimismo y la actividad ayudan a salir airosamente del problema y refuerzan nuestras defensas. Podéis hacer multitud de cosas. A mí, sinceramente, me falta tiempo: escucho música, leo, escribo, utilizo el ordenador para meterme en otros mundos y pienso en lo afortunado que soy por estar aquí y poderos enviar esta nota. Otros no han tenido tanta suerte. Y todo ello no es por mis méritos. Una vez más os confieso que soy consciente de que la vida no me pertenece. Un abrazo y ánimo. Ya falta menos.
LO QUE QUEDA DE UNOS BESOS
Tu mirada, remanso de agua frágil,
hoy se pierde quemada por los años,
si bien deja una huella en el olvido.
Fue el sueño de un instante.
Quisimos conquistar el universo
y atrapar en su vuelo las gaviotas.
Los mares alejaron nuestro júbilo
y así el final de aquellos besos fue
como un soplo de aliento en un espejo.
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