Oración en voz baja
y en ayunas
Gracias te doy Señor del
Abandono Manifiesto
por este lúgubre silencio de
las ocho
por el agua sin grifo del
lavabo
por la terca soledad en que
me dejas
buscándole las vueltas a un
zapato
gracias te doy y no me sobran
Mísero Señor Desocupado
Rey de los Desastres y las
Bocas
Supremo Hacedor de mi
Desgracia
por esta muerte diaria que me
endosas
abanico del viento
voz sin alma.
(En Las cartas que debía, 2011)
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