XXX
Conmigo estás, amor, y con mis quejas,
con quejas de continuos desengaños,
de tejados borrados por la bruma,
de noches de vigilia y desespero.
El árbol que creció en aquella rambla
donde anidaban pájaros alegres
y los grillos cantaban en su sombra
ya no brilla en las tardes de verano.
Los niños ya no gritan en las eras,
no canta el ruiseñor en los olivos
ni los gallos despiertan las mañanas.
Conmigo estás, amor, pero estoy solo,
añorando la luz que ya no existe
en las gotas de lluvia que cayeron.
(De ENSAYO PARA UN CONCIERTO Y OTROS SONETOS, Olélibros, 2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario