XVI
Mirarte cuando pasas por mi lado
es ejercicio inútil si no miras
y no miras jamás, como si nada
significara mi mirada. Sobre
todas las cosas miro tu perfil
de mujer que se pierde entre la bruma.
Te miro sí, por última vez, como
se mira a una gaviota en el invierno,
ya sin ganas, mi amor, con todo el frío
de la nieve que cubre la silueta
de tu ondulada sombra. Y las pupilas
fugaces de tus ojos, si me miran,
sólo verán la imagen de mi ensueño.
Mirarte no es lo mismo que tenerte.
(De ENSAYO PARA UN CONCIERTO Y OTROS SONETOS, Olélibros, 2016)
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