sábado, 12 de mayo de 2018

ALFONSO LÓPEZ GRADOLÍ



EL DÍA HABÍA SIDO CALUROSO

El día había sido caluroso,
pero vino, con el atardecer, frescura
de la sierra. Acompañaban a Federico
unos banderilleros:  Galadí, con treinta  y cinco
años, muy delgado, y Juan Arcoya,
de familia de cañeros. Otro era ratero,
jovencillo y don Dióscoro Galindo,
con tratamiento por ser maestro,
de Pulianas.  "Con una pierna cortá"
según nota escrita, se apoyaba en muletas
que allá quedaron, cerca de la Fuente Grande.
Seis reos con García Lorca, que alrededor
de las diez de la noche ingresó en "Las Colonias",
una antigua fábrica de tejidos, utilizada
por los escolares en verano. Las últimas
palabras del poeta fueron  "tened piedad",
"creed en Dios" y cayó de rodillas. Escrito
está en la nota de Pedro Cuesta Hernández,
quien junto a otros dos reforzaría la guardia
y supo que era un gran poeta cuando se lo dijeron;
aseguraba que Federico no probó bocado,
ni miraba alrededor suyo. "Ayllón, Correa,
Benavides y tú Villegas, veniros con nosotros";
en el piquete de ejecución no está comprobado
que interviniera Juan Luis Trescastro,
aunque éste alardeaba de su tiro de gracia
al poeta,  lo gritaba en las tabernas
de madrugada, acto dudoso por su fanfarronería.
Lo aseguraba sirviéndose un trago más de vino.
No se sabe si el fusilamiento fue a primera hora
del día diecisiete o a la madrugada de la siguiente
fecha de agosto, sí es seguro que junto a unos pozos
para extraer mineral o zanjas para líneas
quizá de fortificaciones o perforaciones en búsqueda de agua.
Hay muchos nombres en esta historia: Vicente Lara
Jiménez acompañó unas horas la angustia del poeta,
hablándole de usted según se dijo. Un teniente
de la Guardia de Asalto, Rafael Martínez Fajardo,
recibió una orden para llevar a Federico y a otros
a "La Colonia" y fusilarlos a todos, solicitando antes
un enlace que conociera el terreno y un permiso
militar reglamentario para atravesar el pueblo.
Varios nombres que rodean estas fechas, Rosales,
Camacho, Miguel, avisado de la detención de Lorca,
acude para rescatarlo a su casa de la calle Angulo, los uniformes,
Ruiz Alonso, de nombre Ramón, al que dieron
café con leche, Trescastro y otros dos estaban fuera,
en el portal. Apellidos de este recordatorio
son Valdés, que dio la orden y apodos como el Chato
de Plaza Nueva y Panaerillo, Villegas, componente
del pelotón de fusilamiento, era dicen de la llamada
"Escuadra Negra". Federico tomaba chocolate
sin prisa con las señoras de la casa, olvidó el tabaco
pero luego le compraron dos paquetes y cerillas.
Más nombres de esa historia: José Manuel Pérez Serrabona
que en un expediente del año cuarenta y uno explica
que el poeta era figura de las letras españolas,
con ediciones agotadas en la patria y en el extranjero.
Cuántos nombres alrededor de una noche larga;
el sitio está siguiendo el camino de Alfacar,
en un llano, en Viznar, cerca de la Fuente Grande.

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