EL ÁRBOL DEL POETA
Las raíces, sujetas a la
hoja
de papel, son regadas por la
savia
del árbol que alimenta los
conceptos
y crece en la campiña seca y
blanca.
Han poblado de versos
poderosos
el tronco que susurra las
palabras,
sosegadas, en frágil
primavera
melódica, llegando junto al
alma.
Pausadamente sube hasta su
fronda,
desparramando letras por las
ramas
donde un pájaro duerme
confinado
en un crepúsculo de tarde
clara.
Las flores son sentidos
enlazados,
que perfuman con cantos de
alabanza
del que absorbe la savia -
sufridora,
tierna
o dura - que el poeta nos regala.
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