Estimados amigos:
Los que me conocéis sabéis sobradamente lo poco que me gustan los
recitales a la antigua en los que alguien lee el cansino currículo del poeta,
otro habla de su libro, que es el mejor que ha leído en su vida, etc., y, finalmente,
el poeta presentado empieza a leer sus poemas hasta que duerme al público o este
se marcha paulatinamente procurando que el resto de asistentes no se enteren.
Por esta razón siempre que he podido he procurado cambiar este tipo de actos
haciéndolos más amenos, porque si ya nos quejamos de que no tenemos público ni
vendemos libros, ¿cómo lo vamos a conseguir si aburrimos hasta a las hormigas?
Pues bien, ayer,
lunes, presencié el recital que más me ha gustado de entre los enésimos a los
que he asistido. Todo fue, a mi modesto entender, claro, hermoso, preciso, estupendo
y de un alto nivel: un editor, Toni Alcolea, de Olélibros, con un minuto para presentar
el libro LEER DESPUÉS DE QUEMAR, tres “supermen” (mejor una más dos) Virginia
Navalón, Ricardo Bellveser y Jaime Siles, que nos dieron tres informaciones
distintas y super interesantes sobre el contenido de la antología que se presentaba
y el autor, Rafael Soler, con una lectura amenísima, muy bien seleccionada y
precisa de algunos de los poemas.
Sentí que se acabara
el acto y además de disfrutar aprendí. Todo un éxito como estoy seguro que será
la antología apuntada por su calidad y los valores que representa en el marco
de la poesía actual una concepción tan personal y extraordinaria como la de
Rafael Soler. La enhorabuena a todos.
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