A veces las personas tienen (tenemos) ocurrencias. Muchas veces
son de poca importancia. Se trata solo de cambiar el orden de algunas cosas. No
tiene gran valor, ni tan siquiera tienen valor, sobre todo en poesía. Tal vez
en pintura y sobre todo en arquitectura podrían ser muy significativas. Port
otra parte ya están inventadas y de ello estás seguro aunque no lo hayas
comprobado. Me ocurrió cuando hace ya bastantes años quise publicar un poema
titulado “Nada”. En fin ¿para qué seguir?
OCTAVA
REAL
Hoy
recuerdo
aquel
beso
delicioso
que
me
diste
una
tarde
en
primavera.
Fue
un
beso
breve,
extraño
y
silencioso
y
silencioso
como
de
manantial
agua
viajera.
Ya
no
existe
ese
beso
tan
hermoso;
la
inútil
saciedad
quemó
la
cera.
No
sé
por
qué
esta
noche
no
me
siento
ni
puedo
apaciguar
mi
pensamiento.
(Vicente Barberá Albalat)
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