lunes, 27 de julio de 2020

MIGUEL ROMAGUERA: POEMAS ZEN DE CHINA Y JAPÓN




MIGUEL ROMAGUERA

Trece años dando clases, charlas y publicaciones sobre la felicidad, con un blog activo y dedicando mucho tiempo a que la gente aprenda a conocer lo relativo de sus percepciones, que la felicidad es subjetiva que, entre otras cosas, por no darse cuenta se producen infinidad de depresiones y problemas ante la interpretación —inadecuada interpretación— de la vida y que lo conveniente para dejar de sufrir inútilmente, para de momento abrir mi buzón de correos y encontrar un sobre con un librito que vale su peso en oro. Totalmente inesperado, abro el sobre y aparece una joya: Poemas zen de China y Japón, de Miguel Romaguera y Mary Beth Hitt, dedicado.
            No conozco personalmente a Miguel, pero tengo numerosas referencias de su persona y he hablado algunas veces por teléfono con él. Con una amabilidad excesiva me ha hecho llegar por correo, dedicados: Mirada de Silencio (2012), Canto del mago (2017) y Tan ignoto como relampagueante (2019). Se trata de un poeta con mucho oficio, de Picasent, Doctor en Filología Hispánica y con un verso profundo, a veces difícil, pero de gran intensidad. Poemarios que hay que leer varias veces para encontrar la hermosura de su contenido y la sensibilidad del autor, maestro en un lenguaje intimista lleno de metáforas y figuras literarias.
            En Poemas zen de China y Japón, ha traducido del inglés varios poema cortos (de 4 versos la mayoría) en los que se puede ver la profundidad de la poesía espiritual de los citados países impregnada de budismo y zen como una derivación de aquél. La introducción es una joya para aproximarse al pensamiento “oriental”, totalmente en las antípodas del nuestro y que tanto me ha atraído en los últimos años viajando por ambos países fascinado por sus costumbres y cultura. No es fácil en absoluto comprender esta poesía espiritual y profunda la mayoría basada en el Taoísmo, que parte de la filosofía de Lao-Tsé, personaje, por otra parte, de cuya existencia paradójicamente no se tiene conocimiento concreto.
            En fin un magnífico librito para practicar la meditación y buscar el más allá en la naturaleza y la contemplación partiendo de la insignificancia del ser. Veamos el siguiente poema:

Nací con una joya divina,
Durante largo tiempo cubierta de polvo.
Esta mañana, limpia, refleja
Montes y arroyos sin fin.
                                          (Ikuzanchu)

            En fin: un librito para leerlo muy despacio y con mucha concentración para encontrarle el significado más allá de las apariencias a primera lectura.
            La enhorabuena, Miguel.

(La portada es de Susana Benet)
 (Valencia, 27-07-20)

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