¿El amor es el problema o la solución?
Estoy seguro de que no es la mejor pregunta para dar los buenos días. Por la mañana no estamos para ciertas cosas, pero ¿y por la tarde? Es muy posible que nunca estemos de acuerdo para elaborar nuestras teorías y opiniones al respecto. Pero lo cierto es que el amor está ahí presente en el acontecer diario de nuestras vidas. Se pega a ellas de tal manera que resulta imposible desprenderse de él.
Sabéis que el amor se puede entender de diversos modos y que el sublime es el que consiste en darlo todo por los demás sin pedir nada a cambio. Casi como hacemos con los hijos. Pero diréis a continuación que esto es cosa de santos. El otro amor, el cotidiano, el de todos los días, el de la pareja que está lleno de placer y dolor, que nos lleva a desengaños y a morir por él, ese es muchas veces causa de conflictos, de malestar y de todo lo imaginable. El amor, el desamor y el odio como resultado muchas veces son causa de problemas. ¡Ah!, pero cuando el amor ha sido bueno, cuando ha creado un lazo de afecto indestructible, cuando ha representado los mejores momentos de nuestra vida…, y se pierde, puede producir una melancolía que nos conduzca a la desesperación y a la muerte.
Por consiguiente, la melancolía puede ser un problema. Dice Barzum: “la melancolía ataca a los más dotados”, y más tarde refiriéndose a Burton —Robert Burton en su Anatomía de la melancolía— añade: “Pero la peor de las melancolías es la causada por el amor —la peor porque es la más difícilmente evitable y superable—.” Y eso a pesar de que para algunos, la melancolía es un peldaño para la inspiración.
El amor, pues, de nuevo llama a nuestras puertas, esta vez en forma de luz amenazada por la ausencia.
VERÁS, MI AMOR
VI
… En mis manos la luz, a veces aparente,
parece una señal,
imagino que vieja, en el temblor del tiempo.
parece una señal,
imagino que vieja, en el temblor del tiempo.
Y me gusta mirarla
y pensar que en mi rostro se refleja,
que borra la tristeza de mis ojos.
y pensar que en mi rostro se refleja,
que borra la tristeza de mis ojos.
Pienso que debería ser así todas las veces
y para todos siempre.
y para todos siempre.
Pero también la luz
es sombra horizontal en una cueva
repleta de alimañas.
es sombra horizontal en una cueva
repleta de alimañas.
Y tú las ves y temes que te roben
esa escasa alegría,
que se quiebre tu vuelo
esa escasa alegría,
que se quiebre tu vuelo
sin remisión, herido por la ausencia.
(De DESPUÉS DEL AMOR, Olélibros, 2018)
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