ANTIGUAS
NOVIAS
A
veces echo de menos
a las
novias que no tuve,
los
paseos que no dábamos
por la
Glorieta o el Casino,
las
tardes de cine
en el
Dehon
o en
el Principal,
las
primeras fiestas
del
instituto;
a
veces las veo
en
sueños
y me
hablan de sus trabajos,
de sus
maridos, de sus hijos,
de
todo lo que dejaron de ser
por
ser quienes son ahora.
No sé,
a veces
me
gusta imaginar
que
fuimos novios
y que
nuestras vidas,
ahora
separadas,
caminaron
un tiempo
juntas,
y que
sus hijos podrían
haber
sido nuestros,
y que
mis hijos podrían
haber
sido nuestros,
y que
nuestras vidas podrían
haber
sido la nuestra...
Y
entonces me acuerdo
de que
yo no tuve novias
a las
que hoy pueda echar
de
menos,
y,
quizás por eso,
las
añoro todavía más.
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