PERFUME DE ALBAHACA
Después de la primavera
el verano concentró
todo su encanto
el verano concentró
todo su encanto
en su cuerpo, todavía árido;
el sol acarició la parva de la era
el sol acarició la parva de la era
y dejó correr el esperma,
como líquida mies,
en tu corazón hambriento de cariño.
como líquida mies,
en tu corazón hambriento de cariño.
Fueron tiempos inolvidables.
Los pájaros traían nuevas
plumas
cantando todas las auroras.
El campo,
de amapolas benignas adornado,
despedía perfume de albahaca.
despedía perfume de albahaca.
En otoño, los vasos de vino
siempre preparados
y la alegría a punto
en la frescura de besos
que tu pecho abrigaba.
siempre preparados
y la alegría a punto
en la frescura de besos
que tu pecho abrigaba.
Pero llegó el invierno, madre.
Con sus fríos y escarpias
se clavó en tus venas,
se clavó en tus venas,
cercó tu casa con púas de
hierro
y en una cápsula de olvido
y en una cápsula de olvido
concentró su mirada.
Y tú, tu mente,
cansada de esperar un merecido indulto,
cansada de esperar un merecido indulto,
huérfana de luz,
no pudo reaccionar.
(Vicente Barberá Albalat, Después
del amor, Olélibros, 2018)
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