jueves, 10 de octubre de 2019




PERFUME DE ALBAHACA


Después de la primavera
el verano concentró
todo su encanto
en su cuerpo, todavía árido;
el sol acarició la parva de la era
y dejó correr el esperma,
como líquida mies,
en tu corazón hambriento de cariño.

Fueron tiempos inolvidables.
Los pájaros traían nuevas plumas
cantando todas las auroras.
El campo,
de amapolas benignas adornado,
despedía perfume de albahaca.

En otoño, los vasos de vino
siempre preparados
y la alegría a punto
en la frescura de besos
que tu pecho abrigaba.

Pero llegó el invierno, madre.
Con sus fríos y escarpias
se clavó en tus venas,
cercó tu casa con púas de hierro
y en una cápsula de olvido
concentró su mirada.

Y tú, tu mente,
cansada de esperar un merecido indulto,
huérfana de luz,
no pudo reaccionar.

(Vicente Barberá Albalat, Después del amor, Olélibros, 2018)

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