Abierto a todas las personas que aman la poesía y quieren compartir momentos agradables. La poesía también nos puede unir en la amistad y alejar el sufrimiento.
miércoles, 4 de junio de 2008
AQUEL DÍA LEJANO
A ROCÍO
Se fue
entre el rocío del amanecer.
Se fue
cantando al marinero ausente
y a la madre,
entre pañuelos de seda.
Se fue
cantando entre sábanas de armiño,
como una señora
en la bahía de su amor;
como una ola
henchida en el océano,
secuestrada por las amarras
a pesar de todo.
Me hubiera gustado tanto
que el roce del agua
fundiera su rostro
en la historia del canto…
Se fue
con los ojos cerrados
y sabores humanos.
Se fue
y allá, seguirá cantando
al amor, a la vida, al azul…,
brillando como una estrella
en el hueco de sus manos.
entre el rocío del amanecer.
Se fue
cantando al marinero ausente
y a la madre,
entre pañuelos de seda.
Se fue
cantando entre sábanas de armiño,
como una señora
en la bahía de su amor;
como una ola
henchida en el océano,
secuestrada por las amarras
a pesar de todo.
Me hubiera gustado tanto
que el roce del agua
fundiera su rostro
en la historia del canto…
Se fue
con los ojos cerrados
y sabores humanos.
Se fue
y allá, seguirá cantando
al amor, a la vida, al azul…,
brillando como una estrella
en el hueco de sus manos.
AQUEL OCULTO BESO QUE TE DI
Mientras la nieve cubre las montañas
y el cielo se viste de azul celeste,
pienso en la última noche que pasé
mirando las estrellas relucientes,
y al azul alzando mi mirada,
añoro el postrer día en que te vi.
Contemplando de nuevo el firmamento
alrededor de mi estancia distinguí
una sucesión variada de ilusiones
que con pesada envida acaricié.
Pienso en la última noche que pasé
mirando las estrellas relucientes
y de nuevo acaricio la dulzura
de aquel oculto beso que te di.
Vicente Barberá, Ciudad, de Gandía, 1965.
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