miércoles, 4 de junio de 2008

A ROCÍO

Se fue
entre el rocío del amanecer.

Se fue
cantando al marinero ausente
y a la madre,
entre pañuelos de seda.

Se fue
cantando entre sábanas de armiño,
como una señora
en la bahía de su amor;
como una ola
henchida en el océano,
secuestrada por las amarras
a pesar de todo.

Me hubiera gustado tanto
que el roce del agua
fundiera su rostro
en la historia del canto…

Se fue
con los ojos cerrados
y sabores humanos.

Se fue
y allá, seguirá cantando
al amor, a la vida, al azul…,
brillando como una estrella
en el hueco de sus manos.

1 comentario:

Carmen Meca dijo...

"en la bahía de su amor", "en el hueco de sus manos" Tienes una rara habilidad, Vicente, para asociar de manera peculiar lugares y sentimientos. No me extraña que seas un espeleólogo de la felicidad.
Estaremos atentos a tu mapa.