martes, 28 de diciembre de 2010

AMOR SECRETO


Su rostro de dorada porcelana
como escarcha de cera derretida
las musas retocaban con finura.

Rizos de su cabello reposaban
fulgurantes, en lomos de las olas,
sobre un fondo de rocas coralinas.

Estaban sus caderas relucientes
abiertas en los prismas de las cumbres,
regadas por las fuentes del deseo.

Sus ojos relucientes como antorchas,
volcanes que remueven las mareas,
miraban con amor apasionado.

La tierra, en un orgasmo indescriptible,
coronó con diamantes las estrellas
y me entregó su cuerpo con un beso

(Vicente Barberá, 2007)

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