miércoles, 7 de febrero de 2018

BRAQUITERAPIA

Foto de Pat Foley


BRAQUITERAPIA

El dolor puede ser un infierno inescrutable.


Baje tres días a lo oscuro. Allí,
el dolor más intenso me acosaba,
quejidos de mi cuerpo soportaba
y entre llantos inanes reviví.

A la tierra, dolido, a fin volví:
me aguardaban las dudas, más amables,
los miedos y las noches incontables
y todo aquello que pasé por ti.

En medio del clamor y la tormenta
no tuviste piedad en ese instante
ni suficiente amor para quererme,

porque por más terrible que mi afrenta
fuera, tu corazón azul y amante,
debió, cuando me vio, compadecerme.

Y así no fue, Señor, bien me dejaste
al albur del dolor en mi costado,
en un tenaz infierno ensangrentado.
Esclavo y, sin tu amor, me abandonaste.

No hay comentarios: