NADIE SABE EL COLOR DE LA TRISTEZA
Esas cosas que ves y te preocupan
y que invaden tu mente en todo instante
son cantos engañosos de sirena:
pentimentos de cuadros no acabados.
Más allá de la luz son todo sombras.
Aprovecha el regalo de los días
y el tiempo venidero que es un sueño
de la vida que queda por vivir.
Nadie sabe el color de la tristeza.
Mira a tu alrededor y observa cómo
las flores y los pájaros renacen
con el rumor del sol bajo la lluvia.
Para vivir te basta la esperanza
y el eco de una brizna de ternura.
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