Estamos en primavera, como todos sabéis, y mi último libro, LA VIDA QUE VIVIMOS (Olé Libros), se divide en cuatro partes simulando las etapas de la vida: primavera, verano, otoño e invierno.
En cada estación se encuentran 25 poemas.
El primero de ellos se titula
Al asomar la primavera,
las flores cantan verde
y sueñan los insectos
ávidos de luz viva.
En la tierra se enlazan las raíces,
las plantas lanzan yemas,
la higuera con sus hojas pícaras
protege a sus hijuelos primerizos.
Las abejas anuncian sus amores,
todo es exuberancia subitánea,
milagro y renacer de las dormidas venas,
del fango de la tierra.
Todo vive y revive
con fuerza enfebrecida.
"Nada me pertenece
de este lugar donde me hice
hombre. Pero me pertenece todo".
Las fuentes y los ríos
comienzan su camino cantarines
resbalando entre piedras clandestinas.
Una alondra despierta la mañana
y un cervatillo errante,
perdido entre las horas y su brillo,
se espanta al percibir
la vida que amanece
entre el orear del viento,
muy cerca de la rambla.
Todo vive y revive.
Me pertenece todo.
Nota: la estrofa entrecomillada es del poeta José Manuel Caballero Bonald. Espero que sea de vuestro agrado.
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