Por ti
mi vientre se abre
a un océano de insólitos parajes,
a una cascada de ritmos convulsos.
Se abre
a un universo gobernado
por fluidos que recorren
los caminos del deseo.
Es la visita del fugaz precipicio.
En este viaje acuático
los líquidos construyen
melodías corporales
y van a parar al jardín sinfónico.
Geli Barberá, 2010.
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