lunes, 8 de diciembre de 2014

DE AMOR Y SOMBRAS

VICENTE BARBERÁ ALBALAT
DESPUÉS NADA

Sólo
 se quedan los que nunca vuelven.
Caballero Bonald

Ya se agita la noche entre las sábanas:
                            se afilan los cuchillos.

La gacela suspira en su refugio
y jadea el león ante su presa.

Sobre una cama vieja
que esconde las caricias
de colchas de prostíbulo,
los dedos, en los vientres,
los labios, anhelantes,
y el vello enmudeciendo los suspiros.

Los cuerpos, fuego ardiente,
la luna, con su apnea sincopada,
y la noche, estridente de locura.

Luego, el silencio.

Y después…


                      Después, nada.

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