Susana Benet, tercera de derecha a izquierda |
A veces, desvelada,
al encender la luz,
sorprendo la noche y su silencio.
al encender la luz,
sorprendo la noche y su silencio.
Y la densa quietud aviva en mis oídos
el oscuro zumbido de la sangre.
el oscuro zumbido de la sangre.
Qué nítidos se escuchan
los secretos rumores
del universo interno.
los secretos rumores
del universo interno.
Murmullos, estallidos,
corrientes que discurren
por el largo entramado de las venas.
corrientes que discurren
por el largo entramado de las venas.
Entonces, más que nunca,
me siento cuerpo,
aislado continente,
enigmático mundo del que sólo
percibo las recónditas señales
de estrellas que se encienden y se apagan
en la noche profunda de la carne.
me siento cuerpo,
aislado continente,
enigmático mundo del que sólo
percibo las recónditas señales
de estrellas que se encienden y se apagan
en la noche profunda de la carne.
(Susana
Benet, en Pliegos de Ítaca, nº.
46)
2 comentarios:
Un recorrido interior, en todos los sentidos posibles. Gracias por traerlo.
Abrazos, siempre
Estimado Amando:
Supongo que conoces a Susana Benet. Por estos lugares derrama su extraordinaria sensibilidad que expresa en incomparables haykus. Es, además, una excelente persona.
Un abrazo muy fuerte y feliz caluroso verano.
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