III
Ya se extingue la luz en mi camino,
ya se oscurece el aura de mi aurora,
ya se acerca inclemente hora a hora
el emisario cruel de mi destino.
Pero no he de morir triste y mohíno.
Dejad que me aproxime al mar ahora
cuando mi corazón apenas llora
porque un fanal, que puede ser mi sino,
se acerca silencioso a mi derrota,
liberada de nubes y de escarcha,
para mostrarme el resplandor del sueño.
El resplandor del sueño de una gota
de mi alegría vieja que se marcha
sin un quejido y con perfil risueño.
sin un quejido y con perfil risueño.
(ENSAYO PARA UN CONCIERTO Y OTROS POEMAS, Olélibros, 2016)
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