sábado, 25 de enero de 2025

DOLORS ALBEROLA: LAS PLUMAS DE PARÍS (DALYA, 2024)




DOLORS ALBEROLA
LAS PLUMAS DE PARÍS (DALYA, 2024)
Desencanto, nostalgia, rico vocabulario, erotismo, tono amable y comprensivo, amores prohibidos, imprescindible, creatividad magistral, citas de Toulouse-Lautrec, Arthur Rimbaud, Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik…
Empieza con un estallido de música. Offenbach. Todo el primer capítulo dedicado a las bailarinas del Moulin Rouge. Extraordinario despliegue de referencias a personas, sus vestidos y sus inquietudes que suponen una investigación sobre el lugar y la época.
El poemario está escrito, obviamente, por una mujer y está impregnado del sentido y de la interpretación femenina de temas variados sobre el amor desde muy diferentes puntos de vista.
Todo el libro te transporta a París: La primera parte, Cancán o el galop final de Orfeo en los Infiernos, y la segunda, Quién ama a Natalie Clifford Barney, “una escritora, poetisa y novelista estadounidense que vivió como expatriada en París”, según Wikipedia.
Una joya de libro y un repaso a las veleidades del amor de todos los tiempos.
Gracias por el regalo.

martes, 21 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA (Olé Libros, 2024)


ALBERTO MORALES GUILLÉN
D. Vicente Barberá, hombre polifacético, competente profesionalmente, entregado a labores en la búsqueda de la felicidad, hoy nos ha presentado un poemario con el título “LOS REFLEJOS DEL AGUA”, de la editorial oléLIBROS, que nos ratifica su riqueza del corazón (no otra cosa es la lírica, sino sentimiento y amores desde el interior de las sus musas de una persona buena, para proyectarlos y compartirlos con el afortunado que tenga en sus manos los versos al caso).
Vicente ha escrito y publicado unos veinte libros, y dentro del sector literario tiene escrito una novela (“Lucas Luna”); ”Ensayo para un concierto y otros sonetos“; libros de pura lírica como “Sonetos Impares”, “Ese malbendito amor”, “Cuaderno de soledades”, “Desde el andén”, etc.
En ”Los reflejos del agua”; se nos presenta Vicente como un hombre muy maduro pero joven, donde la vida y la tristeza pueden ir de la mano, la naturaleza y las maravillas de los seres vivos son omnipresentes, el agua (signo de vida) se une a la abundancia y a la sed de amor; el simbolismo creador del amor a la familia y a los amigos en mezcolanza con lágrimas (en la presentación se le quebraba la voz y los ojos se le humedecieron al leer un poema sobre sus padres), pues aunque el libro está dedicado a sus hijos y nietos, … hay una nebulosa que envuelve el poemario que no es otra sino, la añoranza y pena por la pérdida reciente de su amigo Joaquín Riñón.
Este es Vicente: luz por dentro, limpio por fuera, y fiel testigo de una vida exuberante y noble.
EL TIEMPO QUE VIVIMOS
El tiempo que vivimos
tiene sus propias leyes escritas no sé dónde.
Pensamos que sabemos lo que hacemos,
que somos suficientes, seres imprescindibles.
Creemos que nos basta la experiencia adquirida,
las cosas que aprendimos y olvidamos.
Sentimos que podemos alcanzar
los mares de la luna
y no podemos ver los baches del sendero
ni saber dónde están
las ruedas indulgentes del vehículo
que nos lleva sin pausa ni descanso,
hasta que alguien se ocupa
de pinchar los neumáticos
y acelerar la marcha hacia el lugar
donde habita el silencio de las voces dormidas.
(Los reflejos del agua, Olé Libros, 2024)

jueves, 16 de enero de 2025

VICENTE BARBERÁ ALBALAT: OLÉ LIBROS, 2024

 


VENTANA PREPARADA

A Chris Guevara

Si fuéramos tú y yo
montaña y río,
y viéramos los días como luz,
siempre el verano limpio y transparente,
¡qué bien!, dirías a hurtadillas,
al esconder la luna su mirada.

Si tú y yo fuéramos
rumor de luz,
pétalo de amapola,
probablemente siempre
habría una ventana preparada
para escrutar, alegres,
el horizonte.

Vicente Barberá Albalat (Olé Libros, 2024)

domingo, 12 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA de VICENTE BARBERÁ ALBALAT

 


Presentación de
LOS REFLEJOS DEL AGUA
Fragmento de la reseña de ISABEL ALAMAR aparecido en TODO LITERATURA, el 30-10-24.
"Los reflejos del agua" es como ha decidido titular a su último obra Vicente Barberá. Un libro que toca temas universales y trascendentales como la vida y sobre todo la muerte, y que se nos presenta con un diseño de carátula austero que denota sencillez y humildad al igual que todo el poemario.
El primer poema es una extensa elegía, en la que el poeta dialoga con su amigo fallecido Joaquín Riñón, fundador del grupo poético El Limonero de Homero al que el propio autor, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Teresa Espasa y Pascual Casañ también pertenecen:
“Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,
siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.” (p. 10)
A MODO DE ELEGÍA POR LA MUERTE DE JOAQUÍN RIÑÓN
(Fragmento)
Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,
siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.
Interminables idas y venidas
por las limpias aceras
de la Avenida de Aragón,
de tu casa a la mía,
en Siete Aguas,
donde cielos e infiernos
fueron negados.
"Mejor soñar en nada" —escribiste una vez—
"sin la negrura fría del misterio".
Hoy el misterio envuelve la espesura
de lo que fue y será, aunque no sea.
Pero mientras, amigo, del alma amigo,
nada podrá borrar nuestra amistad
y nunca morirá tu Malvarrosa.
Siempre en su playa quedarán
dicha y arena ardiente para encender tu luz.
Quién sabe si algún día
podremos conversar de nuevo
sobre tantas cuestiones que juntos compartimos.
LOS REFLEJOS DEL AGUA (Olé Libros, 2024)

sábado, 4 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA, de VICENTE BARBERÁ ALBALAT




Presentación de

LOS REFLEJOS DEL AGUA

y reseña de

ISABEL ALAMAR

en TODO LITERATURA

del 30-10-24:


(Reseña de Isabel Alamar aparecida en TODO LITERATURA, el 30-10-24)


"Los reflejos del agua" es como ha decidido titular a su último obra Vicente Barberá. Un libro que toca temas universales y trascendentales como la vida y sobre todo la muerte, y que se nos presenta con un diseño de carátula austero que denota sencillez y humildad al igual que todo el poemario.


El primer poema es una extensa elegía, en la que el poeta dialoga con su amigo fallecido Joaquín Riñón, fundador del grupo poético El Limonero de Homero al que el propio autor, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Teresa Espasa y Pascual Casañ también pertenecen:


“Tu ausencia no será definitiva,

amigo fiel y confidente,

siempre hallarás reposo en mi memoria,

en mi modo de ser roca y estío.” (p. 10)


No obstante, el tema de la muerte será recurrente y aparecerá diseminado a lo largo de los cien poemas que conforman el libro, dejándonos algunas imágenes sorprendentes como las siguientes:


“Llevo mi corazón lleno de muertes” (p. 15)


“No es extraño que pronto

te vengan a buscar para llevarte

al lugar donde habita la ceniza (…)

donde te espera

el frío beso oscuro de la noche.” (p. 29)


“de la palmera

se me acerca la muerte

y no la quiero ver.” (p. 40)


Otro de los temas estrella será el de la búsqueda de lo que conforma nuestra identidad o personalidad, ya que el hablante lírico lucha por definirse y encontrarle sentido a lo vivido y a lo que está por venir, y tampoco resulta extraño que a veces estas indagaciones se mezclen con el tema de la muerte:


“No sé quién soy ni qué hago aquí

y mis venas están llenas de muerte.” (p. 46)


“Y sobre todo soy un peregrino

en ruta hacia el lugar del horizonte

donde desaparecen los poemas.” (p. 59)


“apenas soy

un manojo de ramas

de un árbol olvidado.” (p. 83)


“Nacer para vivir en pura ausencia.

Morir y terminar sin saber dónde.” (p. 106)


El amor y su otra cara, el desamor, serán otros subtemas cruciales en estas 124 páginas. Y es que Barberá es un ser profundamente emocional y comunicativo que no concibe la vida sin los otros y sin el amor (de pareja, de familia, de amigos…):


“Muchas lunas después de tu partida

perdurarán las flores que dejaste.” (p. 23)


Y notaremos aquí que tanto el amor como los recuerdos de los buenos tiempos (muchos de ellos relacionados con la infancia: ese paraíso perdido) suelen venir representados por flores, hierbas, árboles… Y, en general, con elementos que guardan una relación estrecha con el mundo vegetal y que tienen connotaciones positivas como felicidad, goce, esperanza… véanse si no los siguientes versos:


“En mis sueños vivían los jardines,

las rosas, la amapola, el despertar

de algo nuevo, temido o prohibido.

Apenas unos cantos en la rambla

y cuatro ramos de romero eran

las tardes encendidas de verano,

estallido de pétalos y soles

en una inexplicable sinfonía.” (p. 48)


Como hemos podido comprobar las flores son muchas veces un indicio claro de amor, y en ocasiones llegan a alcanzar tintes eróticos:


“las flores que me amaron,

clivias, claveles, amapolas.” (p. 105)


“De nuevo disfrutar, (…)

en una noche clara de nardos insumisos.” (p. 115)


En cuanto a las formas poéticas, constatamos de nuevo que Barberá sigue prefiriendo el soneto. No obstante, opta claramente por innovar cuando suprime los signos de puntuación o cuando se atreve a inventar interesantes vocablos como “malbendito” o “blandoazul”.


Un libro muy fresco y culturalista (ya que otras artes como el cine, la música o la pintura, aparte de losviajes, también aparecen a menudo en los poemas).


En definitiva, un poemario muy reflexivo con recuerdos y escenas muy vívidas, indagaciones sobre el yo, sobre cómo hemos vivido, qué nos espera, pero en el que prima siempre el optimismo y el famoso tópico del “carpe diem” como podemos comprobar en la siguiente estrofa:


“No busques en exceso.

Solo hay una certeza:

La vida es un regalo.” (p. 17)


Hagamos caso, pues, a Barberá y aprovechemos bien el momento. Y, entre otras muchas cosas, una buena forma de hacerlo es sin duda leyendo. En este sentido, Los reflejos del agua es una solvente e interesante propuesta literaria que no dejará indiferente a nadie.