Presentación de
LOS REFLEJOS DEL AGUA
y reseña de
ISABEL ALAMAR
en TODO LITERATURA
del 30-10-24:
(Reseña de Isabel Alamar aparecida en TODO LITERATURA, el 30-10-24)
"Los reflejos del agua" es como ha decidido titular a su último obra Vicente Barberá. Un libro que toca temas universales y trascendentales como la vida y sobre todo la muerte, y que se nos presenta con un diseño de carátula austero que denota sencillez y humildad al igual que todo el poemario.
El primer poema es una extensa elegía, en la que el poeta dialoga con su amigo fallecido Joaquín Riñón, fundador del grupo poético El Limonero de Homero al que el propio autor, Blas Muñoz, Antonio Mayor, Teresa Espasa y Pascual Casañ también pertenecen:
“Tu ausencia no será definitiva,
amigo fiel y confidente,
siempre hallarás reposo en mi memoria,
en mi modo de ser roca y estío.” (p. 10)
No obstante, el tema de la muerte será recurrente y aparecerá diseminado a lo largo de los cien poemas que conforman el libro, dejándonos algunas imágenes sorprendentes como las siguientes:
“Llevo mi corazón lleno de muertes” (p. 15)
“No es extraño que pronto
te vengan a buscar para llevarte
al lugar donde habita la ceniza (…)
donde te espera
el frío beso oscuro de la noche.” (p. 29)
“de la palmera
se me acerca la muerte
y no la quiero ver.” (p. 40)
Otro de los temas estrella será el de la búsqueda de lo que conforma nuestra identidad o personalidad, ya que el hablante lírico lucha por definirse y encontrarle sentido a lo vivido y a lo que está por venir, y tampoco resulta extraño que a veces estas indagaciones se mezclen con el tema de la muerte:
“No sé quién soy ni qué hago aquí
y mis venas están llenas de muerte.” (p. 46)
“Y sobre todo soy un peregrino
en ruta hacia el lugar del horizonte
donde desaparecen los poemas.” (p. 59)
“apenas soy
un manojo de ramas
de un árbol olvidado.” (p. 83)
“Nacer para vivir en pura ausencia.
Morir y terminar sin saber dónde.” (p. 106)
El amor y su otra cara, el desamor, serán otros subtemas cruciales en estas 124 páginas. Y es que Barberá es un ser profundamente emocional y comunicativo que no concibe la vida sin los otros y sin el amor (de pareja, de familia, de amigos…):
“Muchas lunas después de tu partida
perdurarán las flores que dejaste.” (p. 23)
Y notaremos aquí que tanto el amor como los recuerdos de los buenos tiempos (muchos de ellos relacionados con la infancia: ese paraíso perdido) suelen venir representados por flores, hierbas, árboles… Y, en general, con elementos que guardan una relación estrecha con el mundo vegetal y que tienen connotaciones positivas como felicidad, goce, esperanza… véanse si no los siguientes versos:
“En mis sueños vivían los jardines,
las rosas, la amapola, el despertar
de algo nuevo, temido o prohibido.
Apenas unos cantos en la rambla
y cuatro ramos de romero eran
las tardes encendidas de verano,
estallido de pétalos y soles
en una inexplicable sinfonía.” (p. 48)
Como hemos podido comprobar las flores son muchas veces un indicio claro de amor, y en ocasiones llegan a alcanzar tintes eróticos:
“las flores que me amaron,
clivias, claveles, amapolas.” (p. 105)
“De nuevo disfrutar, (…)
en una noche clara de nardos insumisos.” (p. 115)
En cuanto a las formas poéticas, constatamos de nuevo que Barberá sigue prefiriendo el soneto. No obstante, opta claramente por innovar cuando suprime los signos de puntuación o cuando se atreve a inventar interesantes vocablos como “malbendito” o “blandoazul”.
Un libro muy fresco y culturalista (ya que otras artes como el cine, la música o la pintura, aparte de losviajes, también aparecen a menudo en los poemas).
En definitiva, un poemario muy reflexivo con recuerdos y escenas muy vívidas, indagaciones sobre el yo, sobre cómo hemos vivido, qué nos espera, pero en el que prima siempre el optimismo y el famoso tópico del “carpe diem” como podemos comprobar en la siguiente estrofa:
“No busques en exceso.
Solo hay una certeza:
La vida es un regalo.” (p. 17)
Hagamos caso, pues, a Barberá y aprovechemos bien el momento. Y, entre otras muchas cosas, una buena forma de hacerlo es sin duda leyendo. En este sentido, Los reflejos del agua es una solvente e interesante propuesta literaria que no dejará indiferente a nadie.
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