martes, 21 de enero de 2025

LOS REFLEJOS DEL AGUA (Olé Libros, 2024)


ALBERTO MORALES GUILLÉN
D. Vicente Barberá, hombre polifacético, competente profesionalmente, entregado a labores en la búsqueda de la felicidad, hoy nos ha presentado un poemario con el título “LOS REFLEJOS DEL AGUA”, de la editorial oléLIBROS, que nos ratifica su riqueza del corazón (no otra cosa es la lírica, sino sentimiento y amores desde el interior de las sus musas de una persona buena, para proyectarlos y compartirlos con el afortunado que tenga en sus manos los versos al caso).
Vicente ha escrito y publicado unos veinte libros, y dentro del sector literario tiene escrito una novela (“Lucas Luna”); ”Ensayo para un concierto y otros sonetos“; libros de pura lírica como “Sonetos Impares”, “Ese malbendito amor”, “Cuaderno de soledades”, “Desde el andén”, etc.
En ”Los reflejos del agua”; se nos presenta Vicente como un hombre muy maduro pero joven, donde la vida y la tristeza pueden ir de la mano, la naturaleza y las maravillas de los seres vivos son omnipresentes, el agua (signo de vida) se une a la abundancia y a la sed de amor; el simbolismo creador del amor a la familia y a los amigos en mezcolanza con lágrimas (en la presentación se le quebraba la voz y los ojos se le humedecieron al leer un poema sobre sus padres), pues aunque el libro está dedicado a sus hijos y nietos, … hay una nebulosa que envuelve el poemario que no es otra sino, la añoranza y pena por la pérdida reciente de su amigo Joaquín Riñón.
Este es Vicente: luz por dentro, limpio por fuera, y fiel testigo de una vida exuberante y noble.
EL TIEMPO QUE VIVIMOS
El tiempo que vivimos
tiene sus propias leyes escritas no sé dónde.
Pensamos que sabemos lo que hacemos,
que somos suficientes, seres imprescindibles.
Creemos que nos basta la experiencia adquirida,
las cosas que aprendimos y olvidamos.
Sentimos que podemos alcanzar
los mares de la luna
y no podemos ver los baches del sendero
ni saber dónde están
las ruedas indulgentes del vehículo
que nos lleva sin pausa ni descanso,
hasta que alguien se ocupa
de pinchar los neumáticos
y acelerar la marcha hacia el lugar
donde habita el silencio de las voces dormidas.
(Los reflejos del agua, Olé Libros, 2024)

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