EMOCIÓN DEL MÁRMOL
Pietà, de Michelangelo
A Pepa Ramis
Oh muerte vigilada
por el candente ojo de una
estatua de mármol:
ardes porque así quiso el
cincel de quien pudo
vencer frío reposo,
con ardorosas líneas en que
la piedra logra
eternizar un gesto.
Se dibuja un perfil:
el Verbo derrumbado advierte
el propio frío.
No tiene peso el mármol,
sólo la escarcha pesa,
helados remolinos de viento
entre los pechos.
Se resigna la muerte, y aunque los ojos
vivan,
yace la soledad y ciegos son los ojos
de quien llora a la muerte,
desplomada en sus brazos.
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