sábado, 19 de enero de 2019

FERNANDO DELGADO EN POETAS EN EL ATENEO, EL 25-01-19 A LAS 19:00



             LA DULCE VIDA

El cuerpo que las olas me trajeron a esta playa del sur
en los labios llevaba una rosa morada que tal vez me 
                                             ofrecía.
O que le fue ofrecida por quien le despidiera
sabe Dios en qué puerto.
No sé si de ese modo pretendió compartir conmigo ese
                                            homenaje
o al darle yo la mano tendió su mano yerta
para que compartiera yo con ella su muerte verdadera.
Lo que sé es que me trajo con su ocaso mi tarde
y que en aquel crepúsculo
fuimos los dos un solo y dulce muerto.
Fue una muerte muy plácida y en la arena quedamos
como un solo cadáver,
expuestos a que el mar nos llevara consigo.
Si cuento esto ahora no es que, resucitados,
queramos convencer a nadie de que a la muerte vamos
y volvemos de ella
como si en ese viaje no perdiéramos nada.
Si cuento esta experiencia es porque,
acompañados en un viaje a la nada,
se vuelve de la nada también en compañía
y es el viaje más dulce.
Ahora los dos estamos en la arena
y somos esa arena que soporta tu cuerpo;
ese sol que acaricia tus vivísimas carnes
nos hace hervir de muerte sin diferencia alguna
de quien hierve de vida.
No hemos resucitado porque seguimos siendo
habitantes de un mundo donde sólo se cambia
acaso de postura.
Cuando extiendas tus brazos para que el sol te acoja
y tu cuerpo desnudo al sol quede entregado
no te extrañe que llegue de otro lugar la mano
que te invite a sentirte
mar, pez, arena...
O una simple medusa.

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