Canto de amor a La Albufera
Te quise cuando el Sol entre
el cañizo
soñaba enredaderas
y el cielo descendía a tus
orillas
llenándolas de estrellas...
y el agua era caricia entre
mis manos.
Te quise cuando era,
inviernos o veranos,
primavera.
También te quise exhausta y
traspasada
de heridas en la niebla,
al cielo tus entrañas
cuarteadas,
tus campos siendo apenas
reseco cascajar, cruz
solitaria.
Te quise cuando eras
la voz de una plegaria
lastimera.
Te quise cuando el cielo se
mecía
dormido entre veredas,
las sombras de la tarde
agigantando
las parvas de la era...
y el viento entre las matas
refugiado.
Te quise porque eras
mi cómplice encantado,
compañera.
Te quise sobre todo siendo un
grito
de luz y de belleza,
la paz de los canales
esparciendo
la savia de sus venas.
Ecúmeno feraz, fecundo suelo.
Te quise porque eras,
veredas, sol y cielo:
mi Albufera.
CARLOS BELTRÁN
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