Elegido como el mejor soneto de todo el libro por F. M., un buen amigo, a quien le agradezco la gentileza de habérmelo dicho y desde aquí le envío un abrazo.
XXV
No perderás el hilo del camino
cuando tengas valor de no estar muerto
y encuentres los arrestos suficientes
para orar en silencio las mañanas.
Y así tu corazón seguirá vivo
si puede superar la adversidad
y percibe en su carne la hermosura
de un verde amanecer desmesurado.
No se sabe el final del recorrido,
las brozas y serpientes de la senda
ni el peso de las lágrimas que faltan.
Pero perdido estás si no te atreves
a aceptar los embates del destino,
con toda la inocencia de las flores.
(Vicente Barberá Albalat)
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