Volaban los aviones y dejaban bajo el cielo su rastro enrojecido sin parar
se veían las gavias "en la cubierta nubes pisoteadas el fondo con su fango se sube
a la cabeza suele la vida obrar
de modo innoble"
mordía la belleza y el tiburón gemía
de soledad ante el barco
alejado
empezó a sonar el órgano escondido del Fantasma de la Ópera sin partitura
ni fuego y el barro escupió a Leviatán
desde el óculo del silencio
colgado del cáncamo
ornaron el Árbol que cintilaba sílabas de alabanza desde la sima de Challenger
derrelictos flotaban sin ton y a la deriva nada mueve los espejos
del faro de Peñíscola y los rayos perdieron
su color por la mañana
nada se pudo hacer al sonar la campana era el fin de la tormenta
los lamentos del bosque rozaban y el corazón del alma
se perfiló escuálido en el horizonte
nadie contestó la llamada
Notas:
1.- El poema pertenece al libro "La vida que vivimos", Olé Libros, 2023)
2.- Los versos entrecomillados son del poemario "Gavieras" de Aurora Luque.
3.- La foto es un entrañable recuerdo de un recital el Día de San Vicente Ferrer en la basílica del mismo nombre de Valencia.
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